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SALUD & EMPRESA - AGOSTO 2011 NOTAS RELACIONADAS

Nutrición Laboral, la materia pendiente

cormillot

Un trabajador promedio pasa un tercio de su día en la oficina. En ese proceso, suele alimentarse con comida procesada o de delivery, y consumir snacks a lo largo de la jornada. ¿Cómo evitar esto en un país que prevé que para el 2040 el 70% tendrá problemas de peso? Recurrimos al Dr. Cormillot para saberlo.

La escena es clásica y se repite en casi todas las oficinas: conforme el reloj se acerca a las 11 de la mañana, son varios los empleados que comienzan a sacar sigilosamente de sus cajones distintos paquetes y cajas con snacks. ¿Con qué están muñidos para combatir el hambre? Mayormente, con galletitas dulces y saladas, diferentes tipos de golosinas y gaseosas o aguas saborizadas. Son minoría los que esgrimen barritas de cereal, galletas de arroz o caldos instantáneos, la mayor parte de las veces empujados por algún intento de dieta que suele boicotearse con el correr de la semana y el contagio de la actitud alimentaria del resto. Estáticos frente a la computadora y el teléfono por horas y horas, la buena alimentación en el ámbito de trabajo es, sin duda, uno de los mayores desafíos de la sociedad actual.

Pero más allá de las percepciones de estos hábitos diarios, existen números que hablan por sí solos.
- La desnutrición afecta a casi un billón de personas en todo el mundo.
- La obesidad o sobrepeso afecta a más de un billón de personas en todo el mundo.
- La ferropenia (disminución de hierro en el organismo) provoca hasta un 30% de deterioro en el rendimiento y en la capacidad para el trabajo.
- En Estados Unidos, los costos económicos anuales para las empresas causados por la obesidad representan U$S12.700 millones en seguros, licencias por enfermedad pagas y otros desembolsos.
- Se prevé que para el año 2040 el 70% de la población argentina contemple algún tipo de problema de peso.
- El 30% de la población argentina tiene el colesterol alto. De ese porcentaje, un 50% no hace nada para cuidarlo.
- El sobrepeso y la obesidad son el 5º factor de riesgo de defunción en el mundo.

Si a estas cifras se les suma el dato de que el ámbito laboral es el espacio donde un adulto trabajador pasara un tercio de su día (o sea, la mitad de sus horas de vigilia), la necesidad de una buena nutrición es tan evidente como inminente.

 

"La salud está en cosas que dependen de uno mismo"
"Mucha grasa, mucha sal y muchos azúcares". Así sintetiza la nutrición laboral de estos tiempos el Dr. Alberto Cormillot, nutricionista de renombre con más de 40 años de trabajo y trayectoria en el rubro y a quien recurrimos para hablar de este tema. Para él, el gran problema es la poca iniciativa de las empresas en cuidar a sus empleados. "Deberían saber que si sus trabajadores están bien alimentados, van a ser más atentos, se van enfermar menos y no sólo bajará el nivel de ausentismo en la compañía, sino que también aumentará la productividad", explica.

Desde Estados Unidos, por caso, los ejemplos rectores en este sentido de cuidado a partir de la empresa son varios. Entre ellos, la implementación de un comedor con opciones de comida saludable, rica en frutas y verduras, la provisión de espacios para realizar distintos tipos de gimnasia laboral (desde yoga y estiramiento hasta clases de aerobics) e incluso la posible consulta a un nutricionista contratado ad hoc. Si bien en nuestros pagos estas líneas de acción aún están lejos de aplicarse –aunque ciertas empresas, principalmente aquellas con sedes centrales en el exterior, comienzan a interesarse en el tema-, también existen otros cambios posibles de implementarse, más sutiles pero útiles al fin. "Proveer un kiosco saludable, por ejemplo, es un gran paso", apunta el Dr. Cormillot. Este concepto propone sumar al kiosco tradicional otros alimentos como ensaladas de frutas, galletas de avena y arroz, sandwiches bajos en calorías, aguas minerales, jugos y bebidas light, yogures y leches descremadas, entre otros productos. "Luego, también ayuda incorporar electrodomésticos que faciliten a los empleados el trámite de llevar su propia comida, como microondas o heladeras", continúa el especialista. Lo mismo sucede con la provisión de elementos como servilletas, vasos y cubiertos de plástico, todas cuestiones que suman y alientan a traer la vianda desde casa en lugar de recurrir al delivery. "Y en cuestiones aún más chicas pero igual de útiles, cambiar la mayonesa por su equivalente light o por mostaza, poner a disposición frutas fáciles de comer con la mano, como manzanas, bananas o uvas y proveer expendedores de agua siempre llenos", alienta el Doctor.

Pero, así como las empresas deben tomar conciencia de la importancia de cuidar a sus empleados, lo mismo corre para éstos con respecto a su propia salud. Así, en el ámbito laboral también es necesario prestarle atención a la cantidad de sal que se agrega en las comidas y al tamaño de las porciones, por ejemplo. "Un almuerzo simple puede ser un caldo seguido de un par de salchichas light con algunas verduras de acompañamiento, todo muy fácil de llevar en una vianda y calentar en el momento", ilustra el Doctor. Otra comida fácil y sana es el arroz con acompañamientos como huevo, queso, cebolla o arvejas, entre otros. A la vez, el nutricionista se refiere al conocido hábito del picoteo incesante de alimentos durante el día, tan en boga en las oficinas: "¿Saben cuántas calorías tienen esas galletitas de agua que uno saca y saca del cajón sin llevar la cuenta de cuántas está comiendo? 445 cada 100 gramos y 130 cada 6 unidades, muchísimo". Para esos casos, entonces, hay que suspender las galletitas y golosinas como colación, y reemplazarlos por alguna fruta o barrita de cereal. Beber mucho agua también ayuda a la sensación de saciedad y permite que los alimentos se digieran de modo más efectivo y beneficioso. Y además de lo ingerido, el Doctor hace hincapié en el movimiento físico. "Cada media hora o cuarenta minutos conviene moverse un poco. Sea realizando un poco de elongación y estiramiento en la silla o dando una vuelta caminando, es bueno tomar aire y estirar los músculos", apunta.

Consultado acerca de si el mayor problema en nuestro país era la obesidad o la mala nutrición, Cormillot es categórico: "ambas cuestiones están igual de presentes, al problema visible de la obesidad y el sobrepeso se le suman aquellos con mala alimentación y correspondiente falta de vitaminas". En nuestra sociedad, las mayores deficiencias se instalan en las vitaminas A, C, D, el hierro (la ferrotenia es el trastorno nutricional más común), el zinc y el calcio. "La existencia de uno de los dos problemas no quita la presencia del otro", agrega y advierte el especialista.

En tiempos de stress y trabajo acelerado, la atención a la nutrición laboral es un enorme favor que le debemos a nuestro cuerpo. "Entre el 70 y 80% de la salud está en cosas que dependen de uno mismo", apunta el Dr. Cormillot, dejando en claro, una vez más, que el mejor cuidado siempre empieza por casa.

Cormillot

 

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